Deusto reflexiona sobre la necesidad de abordar la perspectiva social en el desarrollo de la Inteligencia Artificial

Durante la celebración del Día Mundial del Trabajo Social en el campus de San Sebastián de la Universidad de Deusto

Día Mundial TS post

28 March 2023

San Sebastian Campus

Anualmente, trabajadoras y trabajadores sociales de todo el mundo celebran en marzo el día que viene a conmemorar su trabajo, implicación  y compromiso en favor del acompañamiento de las personas en situación de vulnerabilidad, en sus respectivos contextos sociales. Como cada año, el equipo de Trabajo Social del campus de San Sebastián organizó el 28 de marzo una jornada que reunió a profesionales y estudiantes de Trabajo social en torno a la conferencia: “Yo Robot. El trabajo Social del Futuro: IA, Robots y su implicación para la Intervención Social", a cargo de María López Belloso y Borja Sanz, profesora de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas y profesor de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Deusto respectivamente. 

En esta ocasión se pudieron abordar cuestiones relacionadas con el cambio social, la evolución tecnológica y la vertiginosidad propia del mundo actual, en tanto y cuanto la propuesta nos sitúa en escenarios futuros en un intento de abordar cuestiones que ya comienzan a formar parte del contenido habitual de nuestras conversaciones. 

Borja y María, hablaron de la evolución imparable de la Inteligencia Artificial como sustituta de las funciones que hasta el momento veníamos desarrollando los seres humanos. De manera sutil, las máquinas y robots se han ido incorporando en la rutina de lo cotidiano. La presencia de Roomba, Thermomix o Alexa en nuestras vidas ha sido ampliamente aceptada (y subvencionada) por un público conquistado por sus innegables virtudes.

En este momento, sin embargo, la funcionalidad que se le supone a la inteligencia artificial adquiere una complejidad netamente mayor, al asumir capacidades autónomas muy cercanas a la cognición, la reflexión y el razonamiento. Este cambio de paradigma, implica un cambio en la propia relación que las máquinas robotizadas desarrollan en su interacción con los seres humanos, pudiendo llegar a suplantarlos en un número cada vez mayor de acciones, tareas y funciones. 

El Trabajo social, no puede obviar su propia condición histórica, como disciplina ocupada y preocupada por el acompañamiento a quienes de alguna u otra manera viven situaciones de vulnerabilidad y/o necesidad. Intervenimos sobre las relaciones de las personas con su mundo, y lo hacemos a través de las relaciones que con ellos y ellas construimos. En resumen, miremos por donde miremos, somos eminentemente relacionales. 

Partiendo de nuestras propias referencias, las preguntas y cuestionamientos son múltiples y muy diversos. Pero ¿cuáles son los límites de este desarrollo? ¿hasta dónde podemos aceptar la sustitución de las máquinas por las relaciones humanas? ¿qué intereses económico-mercantiles hay detrás de este desarrollo? ¿existe una ética de la evolución tecnológica? ¿podemos plantearnos la existencia de robots con código deontológico? ¿Dónde quedan los matices de lo relacional; el lenguaje no verbal; la necesidad de excepcionar la norma ante las necesidades particulares o las situaciones de injusticia? ¿Es capaz la IA de diferenciar ya adaptar los conceptos de igualdad y equidad? ¿actúa con el suficiente nivel de individualización y personalización de las relaciones entre humanos? Y los más importante… ¿es capaz de interactuar en base a contenidos afectivos y emocionales?

Sin duda, nos encontramos en tiempos de incertidumbre con retos que comienzan a vislumbrarse y que implicarán reflexión y debate. Este encuentro permitió reflexionar sobre la necesidad de rescatar, divulgar y reivindicar la perspectiva social en el desarrollo de la Inteligencia artificial, aún cuando sus derivas sean en este momento aún difusas.