Un estudio de la Universidad de Deusto analiza los beneficios y carencias en el turismo del vino

La Universidad de Deusto ha realizado un trabajo titulado 'El turismo del vino: otra experiencia de ocio', que pretende reflexionar sobre la oferta, la demanda, los beneficios y las carencias del enoturismo. El autor del estudio, Luis Vicente Elías Pastor, constata que el momento actual es muy adecuado para el desarrollo del turismo del vino, aunque advierte dos necesidades: acondicionar las bodegas para recibir visitas y formar personas en la 'cultura del vino' para gestionar el enoturismo. Con este fin se ha creado el nuevo Curso de Especialización en Turismo Enológico, organizado por el Instituto de Estudios de Ocio de la Universidad de Deusto.

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30 noviembre 2006

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Según las encuestas realizadas para el trabajo, parece que la razón que mueve a los bodegueros a ofertar las visitas a sus bodegas es la venta directa que se puede realizar en los propios establecimientos y que tiene su origen en que la actual situación de proliferación de bodegas en todas las D.O. trae consigo un conjunto de excedentes que no es posible comercializar por lo cauces habituales.

A pesar de todo, los productores deben saber que el turismo del vino es una actividad complementaria a su actividad primordial: producir vino y comercializarlo, y que si quieren participar del enoturismo tienen que adecuar la bodega para esta tarea y concienciarse de que se entra en otro sector. De ahí, que Luis Vicente Elías Pastor sugiere que, para este caso, los viticultores y bodegueros deben prepararse.

Los expertos en turismo parece que están de acuerdo en que es el momento de lanzar el producto pero con una serie de condiciones. En primer lugar, concienciarse de que la viña y el vino son una fuente de ingresos independiente de su valor agrícola y comercial. Hay que tener en cuenta que una bodega es una instalación industrial que no está adecuada para ser visitada en la mayor parte de los casos. No obstante, en las bodegas que se construyen actualmente hay una gran preocupación por la presencia de visitantes y se les dota, en muchos casos con la ayuda de prestigiosos arquitectos, de zonas de observación alejadas de la actividad laboral. En el caso de las bodegas tradicionales, hay un gran interés por adecentar y preparar las bodegas para las visitas. Otra carencia que se ha detectado en la ausencia de información en material escrito en las bodegas con información de la zona, las variedades, los tipos de cultivo, etc.

Otros problemas que surgen son la competencia entre establecimientos turísticos (restaurantes y bodegas, por ejemplo) o la dificultad para encontrar especialistas que conozcan la 'cultura del vino', por un lado, y que tenga, por otro, la formación suficiente para atender y recibir visitantes, sin olvidar los conocimientos de idiomas. Sobre el primero de los casos, el autor propone la colaboración, la sinergia, que sólo puede nacer de la planificación que se basa en la evidencia de que el beneficio de uno está en relación directamente proporcional al beneficio del otro.

Respecto al segundo de los problemas, ése es el objetivo del nuevo Curso de Especialización en Turismo Enológico, organizado por el Instituto de Estudios de Ocio de la Universidad de Deusto, y que se ha presentado conjuntamente con esta investigación sobre el turismo del vino. Estos nuevos estudios pretenden posibilitar un itinerario formativo que permita la adquisición de conocimiento y competencias relativas a la gestión del turismo del vino, del txakoli y de la sidra, a aquellos profesionales interesado en ésta área.