Presentación en Deusto del informe “Victimización por odio aporófobo en Bizkaia”, realizado en el marco de la Clínica Jurídica Loiola

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19 enero 2022

Campus Bilbao

Aporofobia. Este neologismo, acuñado por la filósofa Adela Cortina en los años noventa, se hizo más conocido a partir de la publicación en 2017 de su libro Aporofobia, el rechazo al pobre: un desafío para la democracia. La palabra procede del griego, y es la unión de áporos (carente de recursos) y fobia (temor). Cortina quería poner de manifiesto con este neologismo que algunas palabras ya existentes y muy empleadas, como xenofobia o racismo, no dan cabida a una realidad existente en el momento actual: no rechazamos al extranjero, sino que rechazamos al extranjero pobre. Lo que nos genera aversión es la carencia de recursos económicos pues creemos que el otro viene a nuestra sociedad a apoderarse de nuestros recursos. Es el nosotros frente al ellos. Ellos son las personas socioeconómicamente más desfavorecidas.

Cuando estas personas son objeto de ataques motivados por su condición de exclusión o de pobreza, ni la ciudadanía ni los poderes públicos pueden mirar hacia otro lado. Sacar a la luz esos ataques y ofrecer soluciones para eliminarlos o, al menos, reducirlos es uno de los objetivos de uno de los proyectos de la Clínica Jurídica Loiola de la Universidad de Deusto. En colaboración con EAPN (Red europea contra la pobreza), dos estudiantes de la Clínica Jurídica Loiola, Lucía López García y Ana Sáenz de Santamaría López de Silanes, han elaborado un informe sobre victimización por odio aporófobo en Bizkaia. El informe fue presentado el pasado 19 de enero en la Facultad de Derecho de la Universidad de Deusto.

El informe se asienta sobre una serie de entrevistas realizadas a lo largo del año 2021 a representantes de entidades del tercer sector que trabajan en estrecha relación con personas en situación de exclusión social o de pobreza severa. Entre las conclusiones a las que se ha llegado en el informe se pueden destacar las siguientes. (1) Las personas que sufren victimización por odio aporófobo, como vejaciones, lesiones u otros ataques, apenas denuncian estos ataques a las autoridades. Las razones pueden ser varias, desde la vergüenza por pensar que se lo merecen hasta la desconfianza en las autoridades, pasando incluso por la ignorancia de saber que están siendo víctimas de un delito. Esta realidad hace que las estadísticas oficiales apenas reflejen delitos motivados por discriminación aporófoba, lo que puede llevar a pensar que tales conductas no tienen lugar en nuestra sociedad. (2) Las personas en situación de exclusión social o de pobreza severa tienen más riesgo de sufrir lo que se denomina aporofobia institucionalizada, es decir, un trato discriminatorio por su condición de persona carente de recursos socioeconómicos al entrar en contacto con las instituciones públicas. (3) Las mujeres adoptan formas de sinhogarismo encubierto recurriendo a viviendas inseguras. Ello implica que no aparezcan reflejadas en las estadísticas sobre sinhogarismo y que sean más vulnerables a otros ataques como violencia de género o violencia sexual.

La Clínica Jurídica Loiola pretende contribuir a fomentar el compromiso de sus estudiantes con la justicia social, uno de los objetivos prioritarios de la Facultad de Derecho de la Universidad de Deusto