Más de 1.600 estudiantes han culminado sus estudios este curso en la Universidad de Deusto

Deusto celebró el 28 de enero la festividad de su patrono Santo Tomás de Aquino con la tradicional fiesta de Investidura de las nuevas personas tituladas. El acto académico comenzó tras una eucaristía cuya homilía ofreció el P. Manuel Reus. Durante la ceremonia, dedicada a los licenciados de Teología y a los nuevos Doctores, también se realizó la entrega de los Premios UD Fin de Carrera a los mejores alumnos del año y los Premios de la Fundación Mendieta y Lambarri.Noticias

28 enero 2015

Campus Bilbao

Asimismo, Carmen Moral Del Hoyo y Pablo Orduña Fernández recibieron el Premio Ignacio Ellacuría a la mejor tesis doctoral por sus tesis: Documentación medieval de Cantabria: estudio lingüístico (Siglo XIII) y Transitive and scalable federation model for remote laboratorios, respectivamente.

El discurso del rector José María Guibert puso el broche final a esta jornada festiva que abre el periodo de celebración de investiduras de los alumnos que culminaron sus estudios oficiales durante el curso 2013-14 en las distintas Facultades en los campus de Bilbao y San Sebastián y en la Escuela Universitaria de Magisterio Begoñako Andra Mari.

Han sido un total de 1.641 alumnos los egresados en los diferentes estudios. De este total, 279 pertenecen a Derecho; 8 a Teología; 239 a Psicología y Educación; 350 a CC.EE. y Empresariales, 348 a CC. Sociales y Humanas; 219 a Ingeniería; 5 al Instituto Superior de Ciencias Religiosas y 193 a la Escuela Universitaria de Magisterio Begoñako Andra Mari.

A estos nuevos titulados, hay que añadir los 51 nuevos Doctores que defendieron su tesis doctoral durante el pasado año.

Resumen de las palabras del Rector

El Rector José María Guibert dedicólas primeras palabras de su discurso a recordar la figura de Santo Tomás de Aquino, patrón de las universidades y centros de estudios católicos desde 1880. Destacó su actitud intelectual de integrar distintas áreas del saber y apelóa esa actitud de buscar un discurso integrador, porseguirsiendo hoy en día muy valiosa.

A su juicio, la fragmentación del saber es una de las características de nuestra cultura y muchas veces no se aspira a una visión integrada de los saberes, e incluso se premia lo específico y lo especializado. Cree que esto puede ser bueno y necesario para que avancen individualmente algunas disciplinas, pero también opina que si no se hace después un esfuerzo integrador, cada vez resulta más difícil realizar con rigor visiones de conjunto de problemas humanos y sociales. Por ello, el hacer de la propia interdisciplinariedad el rasgo específico y especializado de una universidad, es uno de los aportes que se puede hacer como Universidad de Deusto, saltando los muros separadores de cada área del saber, y buscando elementos comunes que sean fructíferos y mejoren a su vez cada una de las disciplinas, indió.

Esta división de saberes a la que el Rector hizo referencia al recordar la figura de Tomás de Aquino, se puede ver reflejada en las organizaciones que, como la Universidad, tienen diversidad de finalidades, de intereses y de problemáticas a atender, de muy distinta naturaleza. José María Guibert mencionóeste dato porque la Universidad de Deusto está inmersa en plena formulación del Plan Estratégico Deusto 2018 que se presentará la semana que viene en los campus de San Sebastián (3 de febrero) y en Bilbao (5 de febrero). Yquiso asociar la elaboración y formulación de este plan a la festividad de Santo Tomás por ser éste un autor que integró saberes de muy distinta naturaleza en una teoría única.

Y es que según explicó, realizar un plan estratégico supone analizar la realidad, la compleja realidad en la que vivimos, y atender los distintos intereses que mueven a Deusto: ya sean de la Compañía de Jesús, de las personas que conforman Deusto (PDI, PAS, PI y estudiantes), de las agencias externas que nos evalúan y acreditan, o los de las empresas, instituciones y entidades sociales a quienes escuchamos atendemos,puntualizó.

Añadió que, con todo esto, un plan supone formular unas opciones y objetivos. Y lo que es clave, proponer unas acciones evaluables que nos permitan alcanzar nuestras metas. Todo esto con personas concretas y para personas concretas. Y con una financiación siempre limitada, pero, en nuestro caso con la importante ayuda de instituciones, como el Gobierno Vasco con los Contratos Programa del recientemente aprobado Plan Universitario, la Diputación Foral de Bizkaia, con la iniciativa conjunta Bizkailab, así como otras instituciones, fundaciones, entidades financieras y empresas.

Según adelanó, una de las cuestiones que más han salido en los debates previos y en las formulaciones finales es cómo conjugar dos demandas que parece que, a veces, parecen incompatibles. Por una parte, comprender la calidad de una universidad en clave de competitividad con los criterios que muchas agencias externas denominan de excelencia, con unos indicadores estandarizados que marcan una ruta determinada a profesores, investigadores, técnicos, departamentos, universidades y gobiernos o administraciones, y obligan a unas opciones que vienen de fuera, pero que inciden en la vida interior de una universidad.

Y, por otra parte, comprender la calidad de una universidad en clave ignaciana. Esto es que busca servir más que sobresalir o sobrevivir, que busca fomentar valores como la fe y el diálogo interreligioso y cultural, la justicia y la ecología, que quiere atender el bien ser y bien estar de la comunidad universitaria, que busca incidir en la sociedad en la mejora de los graves problemas que nos acechan, etc.

Dos polos que aparecen a veces como opuestos, y que asegura se ha de saber reconciliar. Compaginar todos estos retos y deseos, compaginar las distintas lógicas, y traducirlas en proyectos universitarios ha sido la tarea de estos meses y es lo que se presentará la semana que viene.