25 enero 2007
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La tendencia actual de demanda desenfrenada de energía parece que continuará durante las décadas venideras derivada del creciente protagonismo de los países en vías de desarrollo, lo que producirá tensiones en la oferta tanto por el abastecimiento como por la contaminación que puede causar tal incremento en el consumo, cuyos impactos climáticos ya se empiezan atisbar. El desafío al que nos enfrentamos hará inevitable a corto plazo un giro hacia la eficiencia energética, cambios drásticos en el consumo, una concienciación social de la importancia de este reto, una apuesta firme de las empresas en la búsqueda de innovaciones tecnológicas que puedan producir un cambio radical en este contexto y, sobre todo, una implicación directa de los gobiernos que incentive la transición hacia la superación de este Desafío.
Estas son algunas de las conclusiones que se desprenden de la última publicación de la Fundación de la Innovación Bankinter, 'Energía: El Desafío de la demanda', quese presentaronpúblicamente el 25 de enero en la Facultad de CC.EE. y Empresariales, La Comercial, de la Universidad de Deusto, seleccionada para este fin por dicho forum por ser institución de referencia en el País Vasco. Dicha presentación correrá a cargo de Luis Atienza, Presidente de Red Eléctrica de España.
Los datos presentados en la reunión y sobre los que se apoyan las conclusiones obtenidas por los expertos son, en sí mismos, bastante elocuentes. Así, el consumo mundial de energía aumentará, según las previsiones, un 66,32% entre 2000 y 2030. China e India serán los países que aporten un mayor incremento de energía, concentrada básicamente en los combustibles fósiles, que son los que emiten la práctica totalidad del dióxido de carbono CO2. Entre ellos, destaca el petróleo (con un incremento previsto del 3% anual entre 2003 y 2030), el gas natural (con un crecimiento anual del 3,4% para ese mismo periodo) y el carbón (cuya demanda se verá doblada entre esas fechas).
De igual forma, la participación de otras energías alternativas irá tomando una importancia creciente. La energía nuclear se irá abriendo cada vez más paso en el consumo eléctrico a medida que se progrese en seguridad y se conciencie a la sociedad de su beneficio medioambiental. Las energías renovables muestran un mayor grado de incertidumbre, ya que si bien la producción de las mismas aumentará, no parece ocurrir lo mismo con la demanda. Nuevos avances tecnológicos serán clave para una mayor inserción de las energías renovables en el mix energético.
La producción de energía renovable se va a incrementar en los próximos años pero va a seguir suponiendo sólo un 14% de la oferta, debido al paralelo aumento en la producción de energías no renovables. La biomasa continuará siendo la energía renovable más importante pero irá perdiendo jerarquía frente a otras formas más modernas según los países en desarrollo vayan accediendo a las mismas. La producción de energía hidroeléctrica aumentará de manera insignificante mientras que la energía geotérmica, solar y eólica lo harán de manera mucho más rápida.