Gema Tomás aborda en el diario El País el nuevo orden de los apellidos

El próximo 22 de julio entra en vigor la reforma del Registro Civil en la que se modifica el orden de los apellidos. El cambio ha inspirado un artículo de opinión redactado por la profesora de Derecho Civil de la Universidad de Deusto Gema Tomás para El País.

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21 abril 2014

Campus Bilbao

El próximo 22 de julio entra en vigor la reforma del Registro Civil en la que se modifica el orden de los apellidos. El cambio ha dado pie a un artículo de opinión de Gema Tomás publicado en El País, así como a un capítulo entero en un libro que se lanzará en unos meses.

La profesora de la Universidad de Deusto Gema Tomás retrata en el mencionado rotativo el estado actual del orden de los apellidos en el Estado Español y lo compara con la situación de otros países limítrofes.

“A diferencia de otros países de nuestro entorno europeo, nos identificamos con dos apellidos, lo que exige decidir cuál va a en primer lugar y cuál en segundo; y si bien el nombre es elegido por los padres con gran discrecionalidad, tratándose de los apellidos es la filiación la que los determina con arreglo a lo dispuesto en la ley”, expone Tomás en el texto de El País.

La sociedad actual ha cambiado y hoy, tanto hombres como mujeres construyen patrimonio para sus familias. Este progreso pone en cuestión el orden tradicional de los apellidos. Además de retratar la fotografía actual, la la profesora de la Facultad de Derecho de Deusto, testea el asunto desde la perspectiva de género:

Detrás de estos cambios late la necesidad de superación de la discriminación del apellido materno dado que aquel que se coloque en segundo lugar desaparece en la siguiente generación y se hace progresivamente invisible”.

Pero Gema Tomás también plantea interrogantes ante el nuevo panorama que se dibuja con el cambio de normativa: “Para avanzar en la igualdad de género, el próximo cambio legal establece que los padres tienen que decidir el orden, y si no lo hacen, bien porque no hay acuerdo o bien porque no dicen nada, entonces se colocarán los apellidos en el Registro civil según “el interés superior del menor”.

Pero ¿cuál es el interés superior del menor y cómo se va a averiguar? Parece claro a todas luces que ello no es fácil y que en las más de las veces, ninguno de los dos apellidos entraña un “interés” para el menor. ¿No hubiera sido mejor elegir un criterio objetivo, incluso aleatorio?", se pregunta la docente.

Gemá Tomás también profundiza en la historia y se retrotrae hasta los siglos XVI y XVII. Si quieres abundar más en la información aportada, u opinar, puedes visitar el artículo íntegro pinchando aquí

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