¿En qué pensamos cuando hablamos de política climática? Una encuesta revela que la ciudadanía y los expertos priorizan cosas distintas

Por Oxana Soimu, Cruz E. Borges, Leandro M. Ferrón y Aitziber Mugarra

En qué pensamos cuando hablamos de política climática Una encuesta revela que la ciudadanía y los expertos priorizan cosas distintas

23 junio 2025

Campus Bilbao

Cuando se habla de políticas climáticas, ¿todos hablamos de lo mismo? ¿Coinciden las prioridades de quienes diseñan las políticas con las de quienes deben vivir con sus consecuencias? Según nuestro reciente trabajo en el proyecto europeo DECIPHER parece que no es así; al menos no del todo. Si bien la mayoría coincide en la necesidad de actuar frente al cambio climático, existen diferencias significativas en la forma en que los distintos grupos entienden el problema y consideran dimensiones a tenerse en cuenta en la toma de decisiones.

Para entender mejor estas diferencias, llevamos a cabo una encuesta entre ciudadanos, expertos del ámbito académico, empleados públicos y privados, investigadores y profesionales vinculados al diseño de políticas sobre todo en el ámbito medioambiental. El objetivo era claro: identificar qué dimensiones consideraban más importantes a la hora de tomar decisiones sobre asuntos relacionados con el clima y en concreto la política climática. 

Los participantes debían imaginar que eran funcionarios de la Comisión Europea negociando políticas climáticas con impacto económico y social. A partir de allí, debían valorar una serie de dimensiones necesarias a tenerse en cuenta según su relevancia, en una escala de 0 a 100. Se pasó dicha encuesta a más de 1500 personas distribuidos de forma representativa por toda Europa.

 

Lo datos nos muestran una brecha invisible porque los ciudadanos y los expertos no priorizan lo mismo

Si bien existe un consenso sobre la necesidad de abordar la crisis climática y tener en cuenta dimensiones como las emisiones, las prioridades de los ciudadanos y los expertos difieren significativamente.

Para los expertos, reducir las emisiones no es solo un objetivo ambiental; también está estrechamente vinculado a la innovación tecnológica y crecimiento económico. Desde su punto de vista, avanzar hacia la descarbonización es una oportunidad para un cambio estructural, más que un sacrificio.

En cambio, los ciudadanos priorizan cuestiones más concretas y urgentes para la vida cotidiana, como el acceso al agua potable, la seguridad alimentaria y energética, la educación y la salud, entre otros. 

 

Más allá del CO₂: lo que la ciudadanía nos está diciendo sobre el futuro climático

Lo interesante no es solo descubrir que hay diferencias entre exertos y la ciudadanía, sino también comprender sus implicaciones. Está claro que para que las políticas públicas sean eficaces, además de la evidencia técnica, se deben considerar las expectativas y prioridades de la ciudadanía. Esto no implica que se deba evitar el uso de conocimiento experto, sino que sugiere la necesidad de añadir una perspectiva más social a los mecanismos que usan los expertos y los políticos a la hora de tomar decisiones. Por esta razón, es importante no solo hablar de la transición ecológica sino de la triple transición: digital, ecológica y social. Es decir, la discusión técnica y política también tienen que hacer referencia al bienestar, a la salud, al acceso al conocimiento, y a la justicia de forma que se las posturas de los ciudadanos se acerquen a las de los expertos.