24 septiembre 2009
Campus Bilbao
Sáenz señaló como condiciones indispensables para la recuperación el desapalancamiento de familias, empresas y entidades financieras, y la normalización de los mercados de crédito. Además, alertó de que la economía mundial se ha estabilizado gracias al doble estímulo fiscal y monetario, pero que en algún momento habrá que retirar el tratamiento. El sufrimiento está siendo más fuerte en las economías con mayor apalancamiento, que tardarán más en recuperar el crecimiento.
En España, el ajuste será complicado. Tenemos al mismo tiempo al sector privado desapalancándose, y progresivamente se irán retirando los estímulos públicos, avanzó. Los tipos de interés se normalizarán en los próximos cuatro o cinco años. El problema añadido será la imposibilidad de recurrir a la devaluación de la moneda, como están haciendo países como el Reino Unido. Volviendo al entorno internacional, Sáenz considera que en los próximos años lo harán mejor los que no están sujetos a esa doble estimulación. Se desmarcarán países como Brasil y China, mientras otros dejarán el pelotón.
Sobre la labor del gestor en la actual coyuntura, se enfrenta a un punto de esquizofrenia. Hay que gestionar como si el entorno fuera a ser malo durante mucho tiempo o incluso para que vaya a peor, pero al mismo tiempo hay que tener una organización preparada para despegar cuando llegue la recuperación y aprovechar las oportunidades, explicó.
Las prioridades deben ser el saneamiento del balance, la prudencia, la gestión de la eficiencia y la productividad. Saldrán mejor de la crisis las empresas con balances fuertes, flexibilidad geográfica y que sepan aprovechar las oportunidades.
Sáenz se mostró a favor de la intervención pública en entidades financieras si es necesaria, pero sólo si es justa, y reclamó que quienes cometan errores paguen por ello. La imprudencia no debe ser recompensada, advirtió. Del negocio bancario dijo que se está redefiniendo. Va a ser mucho más complicado, crecer en volúmenes será más difícil, la liquidez seguirá siendo escasa y cara, y se pedirán mayores niveles de capital, y la morosidad será más alta, auguró.
En este entorno bastante más hostil, las palancas para generar resultados serán la base de clientes, la presencia en mercados emergentes de calidad, las oportunidades de ganancia de cuota para las unidades fuertes en relación con las débiles, y la solidez de capital y liquidez. Además, va a haber mejoras de eficiencia por ajustes en la capacidad instalada de muchos mercados. Habrá menos bancos, oficinas y personas, y oportunidades para los que sobrevivan.
Mesa redonda
La mesa redonda posterior contó con la participación de Andrés Arizkorreta, José Luis Larrea, Álvaro Videgain y Pedro Luis Uriarte. Andrés Arizkorreta, consejero delegado de CAF, dio cuenta del efecto de la crisis en el sector industrial y de los bienes de equipo, y subrayó que si las medidas de resistencia que se están tomando no van a acompañadas por una decidida estrategia empresarial enfocada a la sostenibilidad en el tiempo servirán para poco.
En su opinión, las claves del sector ante al futuro post crisis serán la innovación tecnológica, la internacionalización, la especialización no sólo en fabricación, sino también en mantenimiento, consultoría, I+D?; los productos con valor añadido y la colaboración mediante alianzas.
José Luis Larrea, presidente de Ibermática, lamentó que la crisis ha interrumpido el proceso de evolución de la sociedad de la información a la ?sociedad de la innovación?, una vez entendida ésta como factor estratégico. Las empresas, explicó, se enfrentan hoy a la paradoja de tener que ganar el día después mientras aguantan en la trinchera. Para ganar el futuro habrá que tener en cuenta seis factores: valores, tecnología, conocimiento, cooperación, tiempo y liderazgo ?enumeró-; en todos ellos juegan un papel fundamental las TIC y la consultoría. El sector se enfrenta a la misma contradicción: hay grandes oportunidades, pero la situación a corto plazo es complicada.
Álvaro Videgain, presidente consejero delegado de Tubacex y consejero de Iberdrola Renovables, ve en el mundo de la energía grandes oportunidades a las que nos debemos enganchar. El aumento de la demanda mundial, el cambio climático, el auge y los avances tecnológicos en el campo de las renovables, la carestía y escasez del petróleo y la energía nuclear marcarán el futuro en el sector. Sobre la nuclear dijo que hay un grandísimo desconocimiento y que es clave si queremos tener una energía competitiva.
Pedro Luis Uriarte, presidente de Innobasque, cerró las intervenciones con su visión sobre la I+D y los nuevos sectores emergentes. Mencionó la nanotecnología, la biotecnología, las energías alternativas, la electrónica, los medicamentos innovadores o la aeronáutica, pero concluyó que no existen sectores de futuro, sino empresas capaces de adaptarse al entorno dirigidas por personas líderes, y debemos apostar por ellas.
Uriarte avanzó que tras la crisis se producirá una inversión extra de I+D en el mundo de 500.000 millones de dólares, ante la cual es imprescindible una visión global. Estamos dando respuestas fragmentadas a un desafío que es global, alertó. La orientación al negocio, la eficiencia, y la apuesta por la ciencia y el talento serán las claves para ganar el futuro.