01 febrero 2023
Campus Bilbao
La profesora Demelsa Benito Sánchez ha sido entrevistada en El Correo sobre la última polémica en relación con los delitos contra la libertad sexual. Tras las rebajas de pena para algunos condenados por estos delitos, por efecto de la llamada ley del "solo sí es sí", se publicaba hace unos días el Balance de Criminalidad del Ministerio del Interior, en donde se refleja un incremento significativo de las denuncias por delitos de agresiones sexuales. La profesora Demelsa Benito ha puntualizado que el aumento no tiene por qué entenderse en un sentido negativo.
Las estadísticas del Ministerio del Interior no apuntan a que hayan aumentado los delitos sino las denuncias, lo cual puede tener diversas explicaciones. Entre ellas parece estar la mayor sensibilización contra las conductas que atentan contra la libertad sexual, lo que lleva a las víctimas a sentirse más apoyadas por la sociedad y por el sistema de justicia penal, y consecuentemente a denunciar más. El caso de La Manada, en el año 2016, desató una reacción de la ciudadanía contra las agresiones sexuales. En 2017 comenzó el movimiento Me too en Estados Unidos, con repercusiones en todo el planeta, provocando también una oleada de manifestaciones contra los agresores sexuales. Estos acontecimientos parecen haber tenido repercusión en las denuncias por delitos contra la libertad sexual que ahora se reflejan en las estadísticas.
Los datos que muestra el Balance de Criminalidad para el año 2022 deben, en todo caso, tomarse con cautela pues, aunque reflejan efectivamente un aumento de las denuncias en relación con los dos años anteriores, no hay que olvidar que en 2020 y, en menor medida, en 2021, la población se vio sometida a estrictas limitaciones de movimiento por efecto de la pandemia, lo que ha tenido un efecto en la criminalidad.
El Balance de Criminalidad también muestra un aumento muy notable de las denuncias desde el año 2015, lo cual se explica por factores legales. En ese año, la edad del consentimiento sexual se eleva de los 13 a los 16 años, convirtiendo en delito conductas que antes no lo eran. Por ejemplo, desde el año 2015 es delito mantener cualquier tipo de relación sexual con una persona menor de 16 años (salvo que las personas implicadas sean próximas en edad y madurez física y psíquica). Este cambio legal tiene la lógica consecuencia de un aumento en las estadísticas.
La profesora Demelsa Benito ha publicado la monografía Evidencia empírica y populismo punitivo (J.M. Bosch, 2020) donde destaca la importancia del uso de las estadísticas sobre criminalidad en el diseño de la política criminal.