19 octubre 2015
Campus Bilbao
No son pocas las empresas familiares, grandes o pequeñas, que no consiguen un traspaso generacional exitoso y que fracasan o desaparecen con la segunda o tercera generación. La experiencia de la familia Ormazábal y Velatia ha sido un ejemplo de éxito y consolidación cuyas claves merecen ser compartidas. Javier Ormazabal, presidente del grupo industrial y tecnológico Velatia, ha ofrecido hoy lunes, 19 de octubre, la conferencia “Empresa y familia” dentro del ciclo BBVA de DeustoForum “Empresa y banca responsable”.
En opinión de Javier Ormazábal, la clave… la fortaleza de la empresa se encuentra en la unión de la familia. El factor familia es por lo tanto la clave del éxito, clave que no puede, como ningún otro aspecto de la empresa ser dejado al azar. El primer aspecto básico es compartir entre los miembros de la familia valores y cultura. La coincidencia de valores y cultura es lo que permite identificar a la empresa familiar y lo que permite garantizar su pervivencia en el tiempo.
Un segundo aspecto, clave igualmente, es la inversión en comunicar: no se puede querer lo que no se conoce. Finalmente, cree imprescindible formar a los miembros de la familia y prepararlos para contribuir y generar valor. Estos tres elementos son los que han hecho posible hasta ahora que Velatia haya sido exitoso en sus 50 años de existencia y que afronte su futuro con confianza.
La historia de Velatia comienza en 1967 con la constitución de Ormazábal. 35 años después, en 1992 se produce el relevo de la primera a la segunda generación. Si hay que señalar algunos aspectos que pudieron influir en una exitosa transición, Javier Ormazábal señala la gran dedicación del fundador a planificar la sucesión, el mantenimiento del antes y ahora sin una ruptura traumática, incluso sin una fecha concreta de la transición y la adaptación de la estructura de la empresa a los requisitos del Gobierno.
Desde entonces la familia Ormazábal ha continuado incorporándose en las empresas del grupo con perfiles diferentes (accionistas pasivos, accionistas activos, consejeros, o trabajadores) siempre enriqueciendo cada estamento de la empresa, desde los consejeros a los directivos con los mejores.
Además de consolidar la segunda generación se produce un acuerdo de la familia como respuesta a la reflexión sobre el papel de la familia en la empresa pensando no sólo en el momento presente sino el futuro. Este acuerdo de Familia estableció las bases de la participación de la familia en la empresa y el modo de ejercerla en la propiedad, el poder y el trabajo.
Por su parte, el contrato de sindicación ha asegurado un ejercicio armónico de la propiedad. La presencia en el Consejo de Administración junto con la presencia de consejeros dominicales garantiza la comunión de los valores de la familia con el consejo de expertos independientes. Los reglamentos internos permiten asegurar que la presencia de la familia en el trabajo de la empresa se hace en las condiciones adecuadas de preparación y capacidad y el Consejo de Familia promueve y asegura la unión de la familia en torno a la estrategia, compromiso y liderazgo de Velatia.
Javier Ormazábal ha señalado algunas de las trampas con las que las familias pueden y suelen encontrarse con respecto de sus empresas. La falta de capacidad profesional de sus miembros; la confusión de aspectos profesionales con aspectos emocionales; la falta de respeto a las normas de la dirección estratégica; el retraso del proceso sucesorio; la confusión de gobierno con dirección. Y, sobre todo, sentirse inmune por el hecho de conocer las trampas, para lo que propone el establecimiento de reglas y normas que ayuden a evitarlas.
Su visión del futuro apunta hacia la necesidad de encontrar una relación virtuosa entre las necesidades de la familia y las necesidades del mercado y, sobre todo, la formación y el apoyo a la siguiente generación.
La ultima semana de octubre se celebra en Bilbao el XVIII Congreso Nacional de Empresa Familiar con el lema “Crecimiento y Creación de Empleo”. Su celebración en Bilbao no es casual, responde a la larga tradición en el País Vasco de la empresa familiar y al impuso que algunas de estas empresas desean dar a su asociación. Javier Ormazábal será el primer presente de la Asociación vasca.